Todos Los Santos, todos los muertos, jalogüin, todos los miedos, dame una chuche…antes también era Periferias.
Cada cual con su movida. Para mi siempre hay ruta de cementerios. No recuerdo otra cosa (excepto hacer de camarera durante 10 años en el puente de noviembre). Ir a recordar a mis muertos. Me reconforta, y me creo un poco chica Almodóvar de paso.
Lo mejor de este año sin duda: salir a tomar algo que ya casi ni nos acordamos, el disfraz de Halloween de una niña (de sevillana, porque es el que más le gusta) y la cajita de gaseosas de “El Tigre” que pone Esther en el altar de sus muertos para su abuelo.
También ha estado muy bien el paseo con mi madre por el templo de Panillo.
He llorado viendo como en La Palma echaban flores desde el cielo sobre el cementerio de Las Manchas.
El día de Los Muertos. Para honrar a los nuestros. Para recordar: dónde acabaremos. Que no se nos olvide, que luego con cualquier cosa nos ponemos to locos y locas.
Si, un día vas y te mueres.
Mientras tanto:
Salud, dinero y amor.
De entretiempo 